En el momento en que te das cuenta de que la “escoria”, los suicidas y los asesinados de este mundo son las figuras más vivas, más vívidas de él, ese es el punto en que te das cuenta de su construcción estructural de valores y su violencia. Hemos sido destruidos muchas veces por la frialdad en los ojos de las personas que nos rodean, hemos sido destruidos lenta y brutalmente mientras experimentábamos la muerte cotidiana. Desde el tiempo muerto del trabajo asalariado, la aspiración de cada actividad, desde la automatización de la producción, el congelamiento de las miradas sin pasión hacia el dolor, desde la miserable supervivencia, los gritos de lo desconocido en el espejo, hasta nuestra transformación en datos cuantitativos para la biotecnología moderna, a la depresión psicológica y la tristeza que cierra totalmente las ventanas del placer, del juego, de la interacción social genuina. Se crea todo un complejo autoritario, que reproduce la muerte, reproduce la autoridad de la economía, del estado, del patriarcado, de la nación, reproduciendo los valores de sumisión, de encierro, de superioridad social, de normas y estigmas que producen.
Durante la madrugada del martes 6 de noviembre, atacamos de golpe al Tahidromiko Tamieftirio de Eurobank, en la calle Afxentiou en Ilisia, destruyendo cámaras, rompiendo todas las ventanas y el cajero automático.
Además, durante la madrugada del domingo 11 de noviembre, atacamos de manera exitosa una joyería en Kolonaki, en la esquina de las calles Skoufa y Massalias, rompiendo las ventanas y la entrada de la tienda.
Todas esas gemas y joyas de oro que no estaban destinadas a ninguno de nosotrxs se expusieron a la noche del centro metropolitano. Nos recordaron la exposición que sentimos cuando caminamos solos en las calles, nos recordaron la exposición que cada uno de nosotros siente hacia las cosas sociales y no. Eso es para todxs ustedes: padres, jefes, proxenetas, griegxs y a su gente. Recolectamos nuestros dolores, nuestras limitaciones, nuestros enojos, nuestras quejas, nuestros deseos sexuales, y aquí estamos; nos regocijamos. Ojalá el momento siempre fuera tan poco importante, pero al mismo tiempo tan importante como lo fue durante el momento en que las ventanas del banco se rompieron de manera armónica y caótica. Nosotrxs sincronizamos el uno para el otro para recuperar algunos segundos de vida. Retomemos nuestra diversión, aunque sea un poco, por esas manos que nos fueron dadas vigorosamente, por esas miradas que aún nos cazan, por esos escritorios de la universidad y las horas de trabajo que nos succionan, por estas faldas que nos gustaría, nos gusta vestir, pero nunca nos atrevimos a hacerlo, por nuestros pensamientos pervertidos, por nuestros deseos en espera, por nuestros valores no expresados.
Vivimos repetidamente el día de la marmota, en el desagradable olor de la cuneta metropolitana que nos absorbe y nos arroja como máquinas, con roles, con ejecuciones de los que nos infligieron desde el día en que nacimos. Y, de acuerdo con las normas éticas, elegimos la sumisión total a los ladridos agresivos de los dominantes de este mundo. Con algunas excepciones, las elecciones de quienes se enfrentaron contra la dominación, la violencia y la muerte. Como punto de refuerzo de la lucha antiautoritaria, nos gustaría mencionar algunas fallas de la guerra social, dedicándoles las líneas superiores y la acción presente.No para honrarlos como tótems sagrados, como recuerdos intocables, solo como simeología histórica, sino como ágiles guerrerxs vivxs, como detonadores de la duda social y personal, como puntos de aumento y expansión de la conciencia insurreccional, como punto de partida de la creación y vinculación de las relaciones, y también como producción de formas y contenidos radicales.
– Alexis Grigoropoulos, cayó muerto por una bala de un policía en Exarchia, el 6 de diciembre de 2008.
– Sebastian Oversluij, muerto por las balas de un guardia de seguridad durante un robo a un banco en Chile, el 11 de diciembre de 2013.
– Zack Kostopoulos / Zackie Oh, asesinado por una multitud de jefes, jefes de hogar griegos y policías, el 21 de septiembre de 2018.
– Mikhail Zhlobitskiy, quien terminó su vida en un atentado con bomba en las Agencias Secretas de Rusia (FSB), el 31 de octubre de 2018.
Ps: Compañero Dimitris, que tenga un buen viaje. Vivirás para siempre en nuestras luchas.
TRADUCCIÓN: INSTINTO SALVAJE